Pasó
hace algún tiempo, unos días, para ser exacto: el encuentro de fútbol por la
medalla de oro de los JJ. OO. (se duplican las iniciales cuando es plural; así
J. O. se refiere a Juego Olímpico) enfrentaba a Brasil y México. Recordarán que
se impuso el equipo norteamericano (pues está en esa región de América)
sorpresivamente a mi juicio, pues la nombradía de los jugadores brasileños
sobrepasaba con creces a la de los “charros”. Cuál fue mi sorpresa, sin
embargo, pues a eso iba, cuando escuché la formación de los ganadores: había un
Héctor Herrera entre sus filas (hoy está a punto de ser transferido al
Manchester United en una suma sideral), por lo que recordé otro episodio,
ocurrido ya en la universidad. Estudié cuando don Héctor Herrera Cajas era
Vicerrector Académico y reconocido Profesor del Instituto de Historia, por lo
que, aprovechando la fama inmerecida de una coincidencia, pocos olvidaban mi
nombre o me preguntaban qué parentesco tenía con el personaje. Cabe decir que no
lo había. Hay otro, connotado artista textil, dibujante, pintor, que nació en
Tomé.
Pero
no todo iba a ser bueno, ¿cierto? En las
noticias, el año pasado, escuché (y la memoria no me engaña) que detuvieron a
un delincuente con el mismo nombre.
Aprovecho
la feliz circunstancia de mi nombre en los anales futbolísticos del planeta,
aunque no por mis novelas (como lo espero algún día) sino por darle bien a la
pelota (que yo también sé, por cierto, pero no fui descubierto a tiempo por
buscadores de talentos), profundizo en un tema del que quería escribir: los
homónimos. Dicho sea de paso, los insto a que busquen si hay algún cristiano
que lleve su nombre, al que se referirán como su tocayo u homónimo, que es más
elegante (o ustedes el suyo, da igual), para que puedan presumir como lo hago
yo ahora.
El
DRAE define homónimo “1. adj. Dicho de dos o más personas o cosas: Que
llevan un mismo nombre. U. t. c. s. 2. adj. Ling. Dicho de una palabra: Que,
siendo igual que otra en la forma, tiene distinta significación; p. ej.,
Tarifa, ciudad, y tarifa de precios. U. t. c. s. m. 3. m. y f. tocayo.”
Considerando
que todos conocen el primer significado del concepto – y quizá desconocen el
segundo -, me adentraré en este:
Se
clasifican en homógrafos y homófonos; los primeros engloban a las palabras que
se escriben igual con significado distinto (homo: igual; grafo: escritura).
Ejemplos
de homógrafos:
Planear
= proyectar
Planear
= volar sin motor
Pasas
= cruzas
Pasas
= uva seca
Río = corriente
de agua
Río = risa
Rosa =
planta
Rosa =
color
Los
homófonos, en cambio, son las palabras que suenan igual con escritura y significado distintos (homo: igual; fono:
sonido).
Ejemplos
de homófonos:
Abrasar
= (quemar)
Abrazar
= (dar un abrazo)
Asesinar
= (matar)
Acecinar
= (salar las carnes; en rigor, hacer cecinas)
Acerbo
= (áspero)
Acervo
= (conjunto: acervo cultural)
Adolecente
= (persona que carece de algo)
Adolescente
= (joven)
Basto:
común, ordinario
Vasto:
amplio
Por
último, los parónimos: “1. adj. Se dice de cada uno de dos o más vocablos
que tienen entre sí relación o semejanza, por su etimología o solamente por su
forma o sonido.” (DRAE)
Ejemplos
de parónimos:
absorber
<> absolver
infligir
<> infringir
intimar
<> intimidar
competer
<> competir
pana, pala y pata
caballo
y cabello
abeja
<> oveja
adoptar
<> adaptar
apto
<> acto
aptitud
<> actitud
ejemplificar
<> ejemplarizar
desecar
<> disecar
deferencia
<> diferencia
cesto
<> sexto
Si hay
algún concepto que ignoren, pueden visitar el DRAE (www.rae.es)
y aprenderán algo más.
Como
ven, todo partió por una curiosidad. ¿Y qué no comienza con una?
Comentarios