Extraída de Google: Inhispania |
Los
informalismos van copando el léxico cotidiano. Es explicable, pues lo coloquial
es parte de nuestro lenguaje; sin embargo, discrepo cuando este afán por los
“coloquialismos” reemplaza la riqueza de nuestro idioma. Ya dejó de ser novedad
que las personas desconozcan (literalmente es así) conceptos y los reemplacen
por algunos que son inventos derechamente, deformaciones o imitaciones de oídos
por allí.
Por
ejemplo, “calmao”, el popular “erí pesao”, “¡aónde la viste!”, “¡vo’ fuiste! Y
un largo etcétera.
En
cuanto a las redundancias, hay algunas famosas, entre las cuales destacan “Pero
sin embargo”, “hoy en día” o “En vivo y en directo”, muy comunes entre los
periodistas; son similares a (y todos concordarán conmigo) “entrar para
adentro”, “salir para afuera”, “bajar para abajo” o “subir para arriba”, ¿cierto?
¿Qué
decir, por otro lado, de la ortografía? ¿De los exabruptos?
Me
comprometo a abordarlos en alguna crónica.
Comentarios