Descubre qué es la epífora, cómo
funciona su repetición al final del verso y por qué otorga musicalidad y
énfasis a la lírica. Incluye ejemplos comentados, análisis y un minitest
interactivo para reforzar contenidos.
La epífora —también llamada epístrofe—
es una figura literaria que consiste en la repetición de una o varias
palabras al final de versos, estrofas u oraciones. Su efecto principal es
crear ritmo, reforzar una idea clave y aportar una cadencia
sonora que enfatiza la emoción que se quiere transmitir.
Ejemplos
Llora monótonamente
mientras el agua llora
mientras el viento llora.
Federico García Lorca, La guitarra
Aquí, la repetición de llora
genera una atmósfera luctuosa, insistente y musical, donde cada elemento
natural reproduce el lamento que expresa la guitarra.
Dichoso el árbol que es
apenas sensitivo,
y más la piedra dura
porque ésa ya no siente,
y no hay dolor más grande
que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que
la vida consciente.
Rubén Darío, Lo fatal
La repetición de siente y consciente
al final de los versos crea una clausura reflexiva y resonante. Aunque las
palabras cambian ligeramente, su terminación idéntica funciona como eco final
semántico y rítmico.
Y cuando llegue el día
del último viaje,
y esté al partir la nave
que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo,
ligero de equipaje,
casi desnudo, como los
hijos de la mar.
Antonio Machado, Retrato
En este poema, la repetición poética se
concentra especialmente en la clausura simbólica del último verso (mar),
que dialoga estrechamente con la identidad del hablante lírico ya descrita
anteriormente. La insistencia final genera una cadencia de despedida que se
repite conceptualmente, aunque no sea estrictamente literal.
Veamos a nuestro poeta natalino:
No te supe cuidar,
busqué enemigos que
podían
tu mirada de mí
alejar.
Era yo el único que
debía
tu piel cuidar…
No te supe cuidar, Versos al borde del alma
En este caso, el término reiterado es “cuidar”,
que cierra el primer y el último verso del fragmento:
¿Qué efecto produce esta epífora?
Refuerza la idea central del poema
La reiteración de cuidar subraya
el eje semántico del texto: la culpa por una responsabilidad afectiva
incumplida. El hablante reconoce, al inicio y al cierre, su falta y su
deber.
Estructura circular del sentido
El poema comienza y termina en la misma
noción, lo que crea una sensación de encierro emocional: el hablante no
logra escapar de su conciencia de error.
Intensificación emotiva
Al reaparecer al final, cuidar ya
no significa solo protección física (“tu piel cuidar”), sino también cuidado
emocional y moral, ampliando el peso afectivo del término.
Unidad y cierre expresivo
La epífora actúa como un sello final
que da cohesión al fragmento y deja resonando la idea de responsabilidad
perdida.
En síntesis, esta epífora no es solo un
recurso formal, sino un recurso de sentido: convierte el verbo cuidar
en el núcleo ético y emocional del texto, intensificando la confesión del
hablante lírico.
Características y efectos de la Epífora
- Refuerza
la idea final del verso, donde el lector retiene mayor atención.
- Aporta
musicalidad y simetría.
- Genera
un efecto de clausura insistente o solemne.
- Intensifica
el sentimiento predominante (dolor, insistencia, ternura, súplica, etc.).
La epífora trabaja en el punto de mayor
resonancia del verso: su final. Allí instala una repetición que cierra con
fuerza, que insiste y que deja un eco semántico y emocional en el lector. Con
ella, el poema adquiere una cadencia intensa y memoriosa.
En el próximo artículo exploraremos la Anadiplosis, figura que continúa
esta línea de repeticiones, pero trasladando el eco de un verso directamente al
inicio del siguiente.
1. ¿Qué es la epífora?
2. ¿Cuál de los siguientes ejemplos presenta epífora?
3. ¿Qué efecto suele producir la epífora?
4. ¿Qué figura veremos en el artículo siguiente?

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