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Significado y usos
Actualizado el 22/7/2021
Extraída de Google: Twitter
Quiero usar más palabras
“No soy responsable de la familia ni de la vida que tengo; sí de lo que haga con ellas.”
Hablaba,
antes de almuerzo con una amiga queridísima, acerca de un problema que aquejaba
a otra persona cercana suya. La introducción fue muy jocosa, pues me hizo notar
que como yo veía “La jueza” (Chilevisión), podía orientarla. He tratado muchas
veces de convencer a esta amiga de la calidad del programa, pues no solo enseña
acerca de asuntos que, a veces, resultan distantes, sino – lo más importante –
entrega rasgos de nuestra idiosincrasia, independiente de la categoría social. Aunque
a nadie le importe, creo que mi amiga lo ve, pero para hacerme rabiar, dice que
no.
Y,
como se puede presumir, lo vi:
Un
señor reclamaba contra su cuñada (ya viuda) porque esta ocupaba una casa que
habían dejado los padres de los hermanos; exigía que la vendieran aduciendo que
tenía problemas económicos y necesitaba el dinero; la mujer iba acompañada por
su sobrina, una jovencita de 17 o 18 años (madre de un bebé de algo más de un
año) estudiante de 3° Medio. Al darse cuenta mi querida Jueza de la precaria situación de la familia –
vivían 9 personas en una casa pequeña, con una ampliación de construcción
ligera -, llamó a la chica a su estrado y la aconsejó acerca de su futuro,
porque, muy a su pesar, advertía escaso progreso en su familia, pues su
situación era idéntica a la de su abuela, madre y tías. Le hizo notar que debía
encarar su futuro con esfuerzo, no por ella, sino por su hijo, para que él, por
lo menos, tuviese mejores horizontes. Y se despachó la frase con la que
comienzo esta crónica: “No soy
responsable de la familia ni de la vida que tengo; sí de lo que haga con
ellas.”
El
caso terminó feliz para ambos litigantes, pues la mujer se comprometió a pagar
una bajísima suma de arriendo, hasta tanto consiguiese un subsidio
habitacional, con lo cual podría vender la propiedad y repartir el dinero a
los descendientes de los dos hermanos.
Más
allá de la solución, reflexiono: ¿Cuántos jóvenes habrá que, a veces por
desidia, a veces por falta de oportunidades, marcan el rumbo que sus padres
malamente les dieron y se eternizan en la precariedad?
¿Cuántos habrá, por el contrario, que se esfuerzan, surgen y mirando hacia
atrás puede decir “gracias a tantos desvelos, mi familia progresa y mis hijos
tienen un presente más apacible”?
Precario, a:
designa a todo aquel o aquello que no posee los recursos suficientes, que es
pobre en medios, o bien a lo inestable, inseguro y de poca duración. Viene del
latín precarius, que califica a todo
lo obtenido a base de ruegos y súplicas (y todo lo que se obtiene de favor no
suele ser cuantioso ni suponer una situación permanente o duradera). Se deriva
de prex, precis, ruego, súplica, que
nos da preces. Del neutro plural del adjetivo, precaria, viene nuestra palabra patrimonial plegaria. Y también tenemos
verbos como deprecar (orar), imprecar (maldecir), deprecación e
imprecación.
Precario, ria. (Del
lat. precarĭus). 1. adj. De poca estabilidad o duración. 2. adj. Que no posee
los medios o recursos suficientes. 3. adj. Der. Que se tiene sin título, por
tolerancia o por inadvertencia del dueño. 4. m. y f. Ur. Docente que ocupa un
cargo provisionalmente.
Sinónimos:
inseguro, escaso, inestable, efímero, apurado, limitado, pobre, insuficiente,
frágil
Antónimos:
sólido, estable, suficiente
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