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Excepciones en el fútbol y la PSU

El deporte y las pruebas

Jóvenes rindiendo la PSU. Extraída de Google: La Tercera

Dos temas, uno más importante que otro, pero ambos en el foco de la noticia: uno, referido al reclamo de la U destinado a que le entreguen los puntos porque Wanderers no gestionó adecuadamente el estadio a fin de efectuar el encuentro (recuerden que fue suspendido debido a la negativa de la Intendencia de ocupar estadios de la Región).  Vale recordarle al Presidente de los azules, tan afanoso en hacer cumplir el Reglamento, que el año pasado “Sebastián Beccacece, ayudante técnico de Jorge Sampaoli, ejerció su cargo durante un largo período a pesar de no tener el título de entrenador como bien indica el reglamento y la U no perdió puntos, como también sentencia el mismo reglamento, por una "excepción" que hizo la ANFP tras una petición de los azules.” (El Gráfico, columna de Francisco Sagredo, http://www.elgraficochile.cl/cuentense-una-nueva/prontus_elgrafico/2013-01-30/074357.html   por si alguien duda). Es decir, “aprovecha cuando te convenga, pero hazte el leso si te perjudica”, bien por la moral del dirigente.

Muchos se vanaglorian de haber descubierto que la PSU es segregadora, que no mide lo visto en la Enseñanza Media e ideas varias, todas aparecidas solo por la presunción o intuición. Algunos más audaces han minimizado el estudio encargado por MINEDUC y el CRUCh (Consejo de Rectores de Universidades Chilenas) a la consultora estadounidense Pearson.

Para su tranquilidad, no basta con el conocimiento popular; si fuera así, la ciencia no se habría desarrollado, ya que – por ejemplo – basta con que los perros aúllen en masa para que supongamos que temblará, con lo que los sismólogos y el estudio de las placas tectónicas no se habrían logrado.  En palabras más sencillas, la autoridad hace bien en examinar, a través de expertos, una situación que ellos mismos advirtieron. Lo fundamental, y valioso, guste o no, se reconozca o no – siempre habrá algunos “duros de mollera” - es haber dado el paso para diagnosticar una realidad. Ahora vienen las medidas correctivas.

Hasta yo sabía – lo que es mucho decir – que un alumno de una escuela industrial o comercial está en desventaja frente a uno de enseñanza humanista científica, ya que sus asignaturas son distintas, además de que el enfoque y énfasis son diferentes. Hasta yo sabía que hay colegios que no cumplen con los contenidos mínimos, porque sus directivos carecen de las competencias (duras y blandas) para guiar a un establecimiento por el camino de la excelencia académica. Hasta yo sabía que hay establecimientos que privilegian la PSU en desmedro de la formación integral, en una lucha fiera por competir con otros. Hasta yo sabía, por último, que lograr mejores resultados en la PSU implica un trabajo de largo aliento, corolario de un proceso que se inicia en Básica y no en un año. Pero no me basta con ello, pues debo precisar los alcances y de qué manera las variables afectan a determinado segmento.  Si fuera suficiente con que lo piense, ¿qué están esperando para nombrarme Ministro de Educación? ¿Y a muchos chilenos que piensan igual que yo?  Por ello, recalco, el estudio era necesario.

¿Cuáles son las deficiencias detectadas?:

“La falta de participación de expertos externos al DEMRE (Departamento de Evaluación, Medición y Registro Educacional) en la elaboración de las preguntas.

Estas no se testean de manera adecuada, pues la muestra de alumnos que se utiliza en el pilotaje no es representativa y la preguntas pueden ser cambiadas incluso después del testeo. Esto permite que preguntas con algún tipo de sesgo –de género u otra índole– puedan quedar disponibles para ser utilizadas en la prueba.

Imprecisión en el cálculo de los puntajes debido a la forma en que se corrigen las preguntas. En este punto, se detectó un alto nivel de omisión entre quienes responden la prueba, mayor que a nivel internacional, por lo que la entidad sugiere reconsiderar el descuento que se realiza de respuestas buenas por cierta cantidad de respuestas malas, ya que ésta no es una práctica habitual en otros países.

Los puntajes de la PSU no son comparables entre un año y otro, pues la escala no es equivalente y los márgenes de error de algunas pruebas son elevados. En base a esta conclusión, resulta incorrecto guardar los puntajes por dos años, como se realiza actualmente.

Inadecuado usar un puntaje único para las pruebas de Ciencias y recomienda desarrollar pruebas y puntajes separados para Biología, Física y Química.

La brecha socioeconómica es más alta que a nivel internacional y que existen problemas de sesgo que afectan principalmente a los estudiantes de la modalidad técnico profesional.

Las pruebas tienen una baja relación con los contenidos obligatorios del currículum escolar –que es lo que debe medir la PSU– y una baja capacidad de predecir el desempeño que tendrán en la universidad los alumnos que rindieron la prueba.”

(Extraído de http://www.emol.com/noticias/nacional/2013/01/31/581923/lapidario-informe-internacional-de-la-psu.html  )

Solo como dato, ¿se han fijado en que los colegios líderes en puntajes de la PSU pertenecen al Opus Dei o son de Iglesia? ¿Será la familia y su vínculo fuerte con la educación y el colegio de sus hijos la fórmula?

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