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Los estragos de tanta comilona
Los famosos anticuchos. Extraída de Google: RedGol
Cabe precisar que no es por mí, sino lo digo en general. Sin embargo, ante la ofensiva de los MMC alrededor de la carne (tipo V), los choripanes, anticuchos, las empanadas, el humilde pollo, la chicha (dicen de Curacaví, al igual que las longanizas de Chillán o los pasteles de La Ligua, como si no supiera que todo lo hacen acá y se aprovechan de la fama de esos productos) el pebre y un largo detalle de comidas dieciocheras, ¿podré resistirme y escuchar la voz de mi estómago cuando me diga ¡por favor, no más!?Que
los medios nos manejan – o pretenden hacerlo, en mi caso, por lo menos – no hay
duda. Ya lo vimos en Semana Santa, época donde la gente recuerda que hay
pescados y mariscos y se lanza desaforadamente a adquirirlos, pagando lo
indecible, como si no hubiera otras variedades, como si comer legumbres, por
ejemplo, fuera de mala clase.
Comenzó
septiembre – y antes – y la TV nos bombardeó con el 11, los 40 años, el Sí y el
No, y los incautos caemos (caen, debiera escribir), prosigue con el 18 y el
comer hasta hartarse y emborracharse como romanos, asolando las calles con
muertos y heridos, producto de ¡Bebamos, bebamos, que el mundo se va a acabar!
Pasarán
las fiestas y llegarán los gorditos, que la primavera, las playas, la “guata”
al aire, el gimnasio, las pesas, abdominales, bicicleta y todo para bajar esos
“rollitos” (¿por qué usamos todo en diminutivo, si son “rollos”,
derechamente?), los trajes de baño con frontis –para ocultar esas
protuberancias-, la adiposidad que surge donde queremos que se oculte, la ropa
de un número más alto para que quepa la nueva humanidad tan golpeada.
Nuevamente, la TV se encargará de manejar nuestros gustos y bailaremos a sus sones.
¿Qué
hacer?
¿Me
abstengo de comer? ¿Cómo moderadamente? ¿Me lanzo a los placeres de la carne
(animal, digo)?
Cada
cual, en su intelecto, lo define. Lo cierto, sin embargo, es que cuando se haya
comido cinco empanadas, medio kilo de carne y se haya tomado dos litros de
vino, piense en que la culpa es de la TV y no suya.
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