Actualizado el 3/1/2021
Extraída de Google: Sgame |
Dos episodios intrigantes de “Caballo de
Troya 1”: las visitas de un objeto interestelar, a juzgar por sus señales,
durante el retiro del Maestro en el Huerto de Los Olivos y su crucifixión. En
el primero, “Aunque el silencio reinante era total, no alcancé a oír palabra
alguna. Ignoro si hubo conversación. Lo único que pude percibir fue el
movimiento del brazo derecho de aquel ser, dirigido hacia Jesús que,
presumiblemente, debía continuar de rodillas...” En el segundo, “Esta
interposición con el sol, milimétrica y magistralmente desarrollada por quienes
gobernaban aquel inmenso aparato, se produjo con cierta lentitud, pero sin
titubeos. Hoy, al recordarlo, tengo la sensación de que los responsables de dicha
operación quisieron que el «eclipse» pudiera ser observado paso a paso.”
Más allá del dolor indescriptible que
sufrió Jesús durante su calvario, cuya
lectura debí suspender más de una vez por los impresionantes tormentos a que
fue sometido, estos dos hechos me dan cierta esperanza en la existencia de algo
más allá de nuestros ojos. No el Cielo ni el Infierno, por cierto.
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