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El Principito y una de sus lecciones

Actualizado el 16/1/2021

Este artículo explora el fascinante encuentro entre el Principito y el Zorro en la obra maestra "El Principito". Sumergiéndose en el diálogo emotivo y profundo entre ambos personajes, la narrativa revela la esencia del "domesticar" según la perspectiva del Zorro. Se destaca la conexión única que se forma a medida que el Zorro explica la importancia de crear lazos y cómo esto transforma la percepción del otro. A través de las palabras del Zorro se devela un mensaje atemporal sobre la búsqueda de la verdadera amistad y la singularidad en las relaciones humanas. Un análisis cautivador que invita a reflexionar sobre la profundidad de las conexiones personales.


Fue entonces que apareció el zorro:

- Buen día - dijo el zorro.

- Buen día – respondió cortésmente el principito, que se dio vuelta pero no vio a nadie.

- Estoy aquí – dijo la voz –, bajo el manzano...

- ¿Quién eres? – dijo el principito. – Eres muy bonito...

- Soy un zorro – dijo el zorro.

- Ven a jugar conmigo – le propuso el principito. – Estoy tan triste...

- No puedo jugar contigo – dijo el zorro. – No estoy domesticado.

- Ah! perdón – dijo el principito.

Pero, después de reflexionar, agregó:

- Qué significa "domesticar"?

- No eres de aquí – dijo el zorro –, ¿qué buscas?

- Busco a los hombres – dijo el principito. – Qué significa "domesticar"?

- Los hombres – dijo el zorro – tienen fusiles y cazan. Es bien molesto. También crían gallinas. Es su único interés. ¿Buscas gallinas?

- No – dijo el principito. – Busco amigos. ¿Qué significa "domesticar"?

- Es algo demasiado olvidado – dijo el zorro. – Significa "crear lazos..."

- ¿Crear lazos?

- Claro – dijo el zorro. – Todavía no eres para mí más que un niño parecido a otros cien mil niños. Y no te necesito. Y tú tampoco me necesitas. No soy para ti más que un zorro parecido a otros cien mil zorros. Pero, si me domesticas, tendremos necesidad uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo. Yo seré para ti único en el mundo...

- Comienzo a entender - dijo el principito. – Hay una flor... creo que me ha domesticado...


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