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Extraída de Google: YouTube
('Si no te hubieras ido', Marco Antonio Solís)
Una
feria local, pequeña, no más de una vuelta y cincuenta puestos. Por acá y por
allá se apilan, ordenadamente, a veces, como cayeron de las matas, otras, tomates,
limones, cebollas, ajos, paltas, duraznos, manzanas de estas y de las otras.
Más allá, un puesto de comida deja exhalar aromas algo confusos, pero sabrosos.
Un
señor que vende papas de esas rojizas afina el dial del radio que lleva, y
sintoniza una emisora local. Las canciones se suceden, todas románticas,
‘cebollentas’, dirán algunos, pero no menos impactantes.
Una
melodía familiar suena y se agitan los vecinos. Aguzo el oído y puedo
identificarla: Marco Antonio Solís, el predicador, por su barba y apariencia.
‘Te extraño más que nunca
Y no sé qué hacer
Despierto y te recuerdo al amanecer
Espero otro día por vivir sin ti
El espejo no miente te veo tan diferente
Me haces falta tú’
Todo el mundo la tararea, la silba,
palmotea las cubiertas, las sillas, llevando el ritmo. Veo algunos labios que
musitan la letra de este tema lloroso. Veo al señor que vende tomates, cubierto
de tatuajes y con una polera negra, de esas rockeras, que lleva el pelo anudado
con una pañoleta, silbarla, mientras se mueve entre sus productos.
La niña que ordena los huevos sobre esos
mostradores gigantes, la anciana que vende
ajos, el de las acelgas, la pareja del papel higiénico y las
servilletas, el chico de la carretilla, la señora buenamoza y de linda sonrisa
que vende frutas, incontables variedades, ilumina sus ojos y pareciera como que
se transporta.
Me someto, me rindo, me entrego. Y silbo
suavemente, despacito. Y hago memoria, más de alguna vez la escuché, y admiré
su talento.
Y sigo la melodía, como pidiendo perdón,
solo con mi silbido. Y no se nota, pues toda la gente hace lo mismo.
Derechos
reservados. ©
Comentarios
Y no sé qué hacer
Despierto y te recuerdo al amanecer...
Merecido recordarlo. Me encantó. Un abrazo Héctor