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Actualizado el 21/6/2021
Barbarismo
Tres fórmulas se han establecido últimamente para
indicar géneros masculino y femenino:
- @
- x
- los y las
Todas son incorrectas por varias razones:
La más significativa es que en el idioma prima la
economía, es decir, pronunciar en menos tiempo la mayor cantidad de palabras –
correctas, por cierto -, es decir, formular el mensaje de la forma más simple.
Una no menos relevante es que la sola indicación del
masculino – los – incluye al femenino.
Por ello, al decir ‘los’ (alumnos) incluye a ‘las’ (alumnas).
Toda ampliación con alguno de estos recursos es
inoficiosa.
Por otra parte, “la arroba no es un signo lingüístico
y, por ello, su uso en estos casos es inadmisible desde el punto de vista
normativo; a esto se añade la imposibilidad de aplicar esta fórmula integradora
en muchos casos sin dar lugar a graves inconsistencias, como ocurre en Día del
niñ@, donde la contracción del
solo es válida para el masculino niño“.
O sea, ¿debiera haber dicho ‘Día del y de la niñ@’?
En cuanto a la ‘x’, no existe norma alguna referida a
su uso para equivaler a masculino y femenino. No siempre los injertos resultan,
sobre todo si son forzados.
Por ello, cuando quiera referirse a:
-
Solo mujeres: diga
‘ellas’
-
Solo hombres: diga
‘ellos’
-
Hombres y mujeres:
diga ‘ellos’
En conclusión, jamás diga ‘todos y todas’, ‘estimados
y estimadas’, ‘Profesores y Profesoras’, ni menos ‘alumn@s o todxs, por citar
algunos de los desaciertos más comunes.
Solo como dato adicional, cito la respuesta de la RAE al respecto. Le servirá, estimado lector, para fundamentar aún más su postura ante las dudas:
NOTA: El símbolo
Ä precede a las formas o usos incorrectos o desaconsejables según la norma
culta del español actual.
Solo como dato adicional, cito la respuesta de la RAE al respecto. Le servirá, estimado lector, para fundamentar aún más su postura ante las dudas:
En relación con su consulta, nos complace remitirle la siguiente información:
Como
es sabido, con el loable fin de poner coto al supuesto sexismo que
entrañaría el uso del masculino como género no marcado, está
proliferando en el lenguaje
político y administrativo el desdoblamiento genérico indiscriminado (los niños y las niñas; los alumnos y las alumnas; concejales y concejalas; todos y todas). El intento de mantener con constancia ese recurso, engorroso y poco ágil, puede desembocar
en situaciones artificiosas, irresolubles sin contravenir normas gramaticales básicas (Älas
y los estudiantes); por otra parte, el uso sistemático de estas
expresiones desdobladas anula la posibilidad de que funcionen
distintivamente cuando la presencia explícita de ambos géneros
constituye un factor relevante desde el punto de vista semántico,
como ocurre en los siguientes ejemplos: La proporción de alumnos y
alumnas en las aulas se ha ido invirtiendo progresivamente; En las
actividades deportivas deberán participar por igual los alumnos y las
alumnas.
Todos
estos inconvenientes han hecho que se ensayen otras soluciones más
imaginativas, como el empleo de la arroba (@) o las letras
x o e en lugar del segmento genérico de sustantivos y
adjetivos, o como la sustitución, más o menos forzada, de los sintagmas
desdoblados por colectivos del tipo
ciudadanía, profesorado o alumnado. En primer lugar, debe
tenerse en cuenta que la arroba no es un signo lingüístico y, por ello,
su uso en estos casos es inadmisible
desde el punto de vista normativo; a esto se añade la imposibilidad de
aplicar esta fórmula integradora en muchos casos sin dar lugar a graves
inconsistencias, como ocurre en
ÄDía del niñ@,
donde la contracción del solo es válida para el masculino niño. En cuanto al uso de la letra x como morfema (entre
consonantes), tiene el principal inconveniente de que no puede leerse,
ya que, actualmente, representa la secuencia fónica /ks/. Y, respecto de
la letra e, podemos decirle que no forma parte
de nuestro sistema morfológico para abarcar los dos géneros; más bien, se emplea como morfema de género masculino en algunos casos, como en los derivados aumentativos: grande
> grand-ot-e (masculino), grando ta (femenino); muñeco > muñec-ot-e (masculino), muñeca
> muñecota (femenino).
El
uso genérico del masculino gramatical se basa en su condición de
término no marcado en la oposición binaria masculino/femenino. En
lingüística, la expresión
«no marcado» alude al término que opera cuando la distinción en la que
se basa una oposición de este tipo queda inactiva; dicho de otro modo:
cuando no es relevante la distinción, el sistema determina el uso de uno
de los dos términos, que pasa a incluir también,
en su referencia, el subconjunto designado por el término marcado (el
femenino, en el caso de la oposición de género). Esta es la razón de que
en los sustantivos que designan seres animados, el masculino gramatical
no solo se emplee para referirse a los individuos
de sexo masculino, sino también para designar la clase, esto es, a
todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos. Por tanto,
en oraciones como El profesor de secundaria suele estar muy estresado
o El gato es un buen animal de compañía se está aludiendo a
la clase de los docentes o de los gatos en general, englobando en esta
designación a todos los individuos de la clase, sin distinción de
sexo. También se anula la oposición cuando sustantivos
de este tipo se emplean en plural, pudiendo incluir en su designación a
seres de uno y otro sexo:
Los hombres prehistóricos se vestían con pieles de animales; En mi barrio hay muchos gatos (de la referencia no quedan excluidas, como es obvio, ni las mujeres prehistóricas ni las gatas);
Los alumnos y los profesores celebrarán una reunión extraordinaria.
Cierto es que algunos plurales de sustantivos masculinos de persona (monjes, brujos,
etc.) muy raramente abarcan a las mujeres, sea
cual sea el contexto en que se usen, y también que varios sustantivos
masculinos que forman parte de oposiciones heteronímicas presentan a
veces dificultades para englobar, usados en plural, a los representantes
del otro sexo, especialmente en determinados
contextos (toro/vaca, por ejemplo; más recientemente, hombre/mujer).
Ello no justifica, sin embargo, recursos que comprometen la corrección
lingüística. Siempre existen formas de expresión que concilian el
respeto por las normas gramaticales
con la sensibilidad social y con el respeto por colectivos
tradicionalmente discriminados.
Reciba un cordial saludo.
__________
Departamento de «Español al día»
Real Academia Española
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