Actualizado el 9/2/2021
Gentilicio
Hace
algunos años que escucho, por parte de
los chilenos, el gentilicio “brasilero”. Primero, cabe precisar que Brasil es
un hermoso país, particularmente las ciudades del Estado de Santa Catarina,
como Florianópolis, Blumenau y la incomparable Camboriú (las que conozco
afortunadamente), donde vegetación y modernidad se dan la mano. El concepto se
derivó – es mi teoría, por lo menos - del portugués “brasileiro”, que nosotros
adoptamos eliminando la i de la penúltima sílaba. Si bien la RAE lo consigna,
recomienda implícitamente “brasileño”, razón por la cual –si queremos ser
precisos y normativamente correctos- , debiéramos privilegiar.
Así,
podemos decir “Los brasileños son personas amables, acogedoras y muy atentas
con nosotros.”
En
lo que respecta a los gentilicios (palabras que precisan el origen de una
persona), la fórmula es que los habitantes los definen de acuerdo al uso
mayoritario. Por ello, “temucano” es preferible a “temuquense” (que no está
registrado). Algunos gentilicios novedosos son: regiomontano (Monterrey, México), hierosolimitano o
jerosolimitano (Jerusalén), monegasco (Mónaco), indio (y no hindú, pues apunta
al partidario de la religión), de India, ancuditano (Ancud), portorriqueño o
puertorriqueño (Puerto Rico). Curiosamente, portovarino no aparece; sí,
puertomontino. En Chile, condino, al
habitante de Las Condes, quilpueíno, villalemanino, como ejemplos.
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