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Actualizado el 2/5/2021
Literatura
Todo
se inicia con una pregunta, lanzada desde el final de la sala:
- La
verdad – dije luego de meditarlo unas milésimas de segundo -, infelices.
Los
rostros de las dos alumnas se encendieron con anchas sonrisas, felices de
haberles encontrado la razón, pues ellas pensaban lo mismo.
Y es
verdad: pensar te hace infeliz, aunque sea en un comienzo. Te permite percibir
la realidad, la conducta gregaria del ser humano, ansioso de exigir sus
derechos, pero inconsciente de sus deberes, por ejemplo.
Más
tarde, hablando de literatura, una de ellas me preguntó qué opinaba de ‘Demian’,
de Herman Hesse.
Mis
recuerdos de aquella novela acudieron de manera vertiginosa.
Recordé,
por ejemplo, cuando hablaba de la obra, algún alumno me decía:
- ¡Ah!
Donde se besan dos hombres.
Una
mente liviana, obviamente, se quedará con ello, al igual que ante ‘Tengo miedo,
Torero’, de Pedro Lemebel, alguno se fijará en el léxico, incapaz de ver la
poesía angustiosa de su interior.
Abraxas,
Pistorius, Emil Sinclair, Franz Kromer, Frau Eva, Beatrice, Demian, son nombres
que jamás olvidaré.
Nosotros
no somos solo la parte buena; también la mala. Indivisible, igual que ‘Los dos
mundos’, primer capítulo de la novela, igual que Abraxas, que contiene en sí
mismo el bien y el mal.
‘En el
otro vemos lo que somos’, dice por allí. Me cuesta aceptarlo, por eso lo pienso
y repienso.
De
acá, y de ‘El lobo estepario’, debe venir mi estilo díscolo, que reniega,
rechaza, se opone a lo que la mayoría, muchas veces visceralmente, acepta,
sigue, prefiere.
Hoy
asistí a un grupo de lectores. Mi sorpresa fue manifiesta, pues no solo leen –
guiados por un alumno colombiano (su lectura me trae reminiscencias de García
Márquez), sino ¡escriben!
Novatos
como yo, aunque es un prejuicio. Más de alguno lo hará mejor que yo. Y
concordamos en el modo de hacerlo: un ‘cualquiera’ (un ‘sin nombre’) nos cuenta
una historia, la tomamos, enriquecemos, viramos, adornamos, sintetizamos, en
suma, transformamos, y la damos a la luz.
Muchas
gracias a mi alumna querida – me reservaré el nombre, pero sabrá que hablo de
ella – por haberme insistido en que fuera, por haberme confidenciado que su obra
preferida es ‘Demian’, justamente una de las mías. Por no decepcionarla, fui.
Y no
me decepcioné.
Comentarios
Hace años que leí El lobo estepario y Demián. Tu post me ha hecho recordarlos y creo que me animaré a volver a leerlos.
Un abrazo.