Evite las muletillas en su expresión oral
Todos sabemos que ser Top es un
privilegio: alude a lo mejor de lo mejor, lo más granado, lo más querido entre
lo querido.
Pese a ello, seleccioné la expresión
para referirme a la muletilla clásica: ‘eh’, típica entre nosotros.
¿Cómo enfrentarla y resolverla?
- Cada vez que sienta la tentación de usarla, guarde silencio, respire, ordene sus ideas y retome. Un discurso que implique silencios breves es más profundo y significativo que uno en el que todo se diga de corrido.
- Recuerde que la velocidad de su parlamento debe ser media; si habla rápido, lo más probable es que nunca pueda extirpar esta mala práctica de su lenguaje. Si lo hace con lentitud, con silencios prolongados, perderá la atención de su auditorio.
- Practique con regularidad. Hable con plena conciencia de lo que dice, grábese, escúchese, improvise. Con el tiempo y ejercitación, superará este lastre.
Otras muletillas son: ‘bueno ‘(es
un adverbio que denota asentimiento, por ejemplo, ‘¿vamos a tomar cervezas?
Bueno), ‘cómo se llama’ (la usa el Presidente de Colo Colo, Aníbal Mosa), ‘la verdad de las cosas’, ‘me entendís’, ‘o
sea’, ‘y me dijo’, ‘y le dije’, ‘no cierto’, ‘primero que nada’.
No olvide que la muletilla es un
recurso que denota falta de ilación en
el discurso. Ralentiza lo que decimos y provoca una distracción en el oyente
alerta, quien se ocupa de predecir su aparición en lugar de atender al sentido
que lo que se dice.
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