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Actualizado el 5/5/2021
Léxico
¿Ama a
los gatos?
Entonces,
la padece.
¿Cree
que ellos cuidan el interior de su casa, así como los perros hacen lo propio
con el exterior?
Insisto.
¿Si su
gato se acerca y duerme a su lado, piensa que lo está limpiando de energías negativas
de personas que conviven o trabajan cerca suyo?
Así
es.
Veremos
en qué consiste. Esta vez no será en el DRAE, que no lo consigna, pero como
bien especifica Fundéu BBVA, no porque no aparezca en el Diccionario significa
que no existe o es incorrecto:
Ailurofilia o amor por los gatos.
El amor hacia los animales y, en especial,
el que muchas personas sienten hacia sus mascotas es algo natural y
completamente normal. Tener interés y fascinación por estos animales puede ser
una fuente de estímulos positivos que aporte un gran bienestar y esto no tiene
por qué derivar en una atracción desmedida. De hecho, la gran disponibilidad de
imágenes de gatos que tenemos, tanto en televisión como en internet, hace que
la atracción hacia estos felinos se desarrolle con mayor rapidez que la que
puede darse hacia otros animales.
Proviene
del griego ailuro (gato) y filia (amor). Si bien algunos autores consideran el
extremo de este afecto como un trastorno, la normalidad no lo es, por lo que
siga amando a su gato. Recuerde: no es una persona, pero sí es parte de su
familia, su compañero, su mascota, quien lee su ánimo y lo reconforta.
Para
finalizar, dos menciones:
Filippo,
nuestro gatito amado, a quien despedimos en medio de lágrimas, víctima de una
enfermedad dolorosa. Su historia está en el enlace siguiente:
Ottito,
llamado Mocaccino por mi Princesa, pero que responde a varios nombres, nuestro
acompañante actual, heredero de Filippo en todos sus aspectos.
¿No
tiene un gatito?
Lea
por qué debiera tenerlo:
Lo
mejor es que hoy aprendimos una palabra nueva.
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