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Mostrando entradas de diciembre, 2016

Pigmalión en el aula

El efecto Pigmalión en el aula. Extraída de Google: Amarse a uno mismo La educación con afecto Entra a la sala de clases: una treintena de jóvenes lo mira ansioso. Es su primer día de clases. Saluda banco a banco, diciéndoles su nombre y preguntándoles el suyo. Sonríe. Cada tanto, un palmoteo en la espalda, un ‘te felicito’, una palabra de aliento. El relato puede ser ficticio. O real. Da lo mismo. ¿De qué manera nuestras expectativas influyen en el aprendizaje de nuestros alumnos? ¿Y de nuestros amigos? ¿Y de nuestra familia? Es el efecto Pigmalión, que parte de una leyenda la cual citaré brevemente: Ovidio, en “Las Metamorfosis”, cuenta la historia de Pigmalión, que “esculpió con arte felizmente admirable una estatua de níveo marfil, dándole una belleza con la que ninguna mujer puede nacer, y llegó a enamorarse de su propia obra”. Llegada la festividad de Venus, el día más celebrado de todo Chipre, cumplido el rito de la ofrenda, se detuvo ante los altares y tímidamente

Estalactitas y estalagmitas

Significado y usos Actualizado el 23/7/2021 Ambas palabras me impresionaron desde mis lecturas infantiles. Cuando supe la diferencia, debí armar una analogía para no olvidar cuál es cuál: Estalactita : Del lat. cient. stalactites, y este del gr. σταλακτός stalaktós 'que gotea' y el lat. -ītes '-ita2'. 1. f. Roca calcárea en forma de cono irregular y con la punta hacia abajo, que se forma en el techo de las cavernas por la filtración lenta de aguas con carbonato cálcico en disolución. Estalagmita : Del lat. cient. stalagmites, y este del gr. σταλαγμός stalagmós 'goteo' y el lat. -ītes '-ita2'. 1. f. Roca calcárea en forma de cono con la punta hacia arriba, que se forma en el suelo de una caverna al gotear desde una estalactita agua con carbonato cálcico en disolución . Es decir, ambas son casi idénticas, diferenciándose solo por la dirección de la protuberancia; estalactita, hacia abajo; estalagmita, hacia arriba. Curioso, ¿cierto

¿Cómo lo digo: rosearon o rociaron?

Pronunciación adecuada Actualizado el 8/1/2021 Barbarismo En la imagen que adjunto, Chilevisión comete un error garrafal: utiliza el verbo ‘rosear’ que en realidad existe, pero su significado es 1. intr. Mostrar color parecido al de la rosa. Sin duda, lo que el MMC quiere señalar es ‘rociaron’, del verbo ‘rociar’, cuyas acepciones son: Del lat. vulg. *roscidāre, der. del lat. roscĭdus 'lleno de rocío, húmedo', y este de ros, roris 'rocío'. Conjug. c. enviar. 1. tr. Esparcir en gotas menudas agua u otro líquido. 2. tr. Arrojar algunas cosas de modo que caigan diseminadas. 3. tr. Dicho de un jugador: Gratificar a quien le prestó dinero en la casa de juego. 4. intr. impers. Caer sobre la tierra el rocío o la lluvia menuda. Un dato que aparece al comienzo de la definición: se conjuga como ‘enviar’, es decir, por ejemplo: rocío, rocías, rocía, rociamos, rociáis, rocían. Por eso, cuando tenga dudas, verifique. No comparta todo lo que vea.

Expertiz y experticia

Definición y usos Actualizado el 3/1/2021 Extraída de Google: RAQN Interactive Ciclo de expertiz Un nuevo concepto ronda nuestras lecturas especializadas y otras no tanto: se trata de ‘expertiz’. Especifico ‘nuevo’, pues hace cinco años su uso correcto era discutible y su utilización,   muy restringida. Se habla de ‘expertiz’ o ‘experticia’ cuando nos referimos a la experiencia que sobre un campo determinado del saber  tiene un individuo; sin embargo, para aplicarlo de modo correcto hay que fusionar los conceptos de ‘experiencia’ y ‘pericia’. Si bien el DRAE castizo no lo tiene incorporado, es decir, si lo busca no lo encontrará, sí lo hace el Diccionario de americanismos © 2010, filial del organismo rector. experticia. I.   1.          f. CR, Cu, Co, Ec. Pericia en una actividad o campo determinados, especialmente en el lenguaje escrito. 2.          Cu, Pe, Ch. Cualidad de una persona o de una empresa en la que se unen la experiencia y la pericia en un campo. pr

“Cantemos todos de Arica a Magallanes...”

  https://www.youtube.com/watch?v=zj8qraW0Msg Un Estadio Nacional abarrotado; miles de camisetas albas, rojas y negras, en cuyos pechos campea la insignia del Cacique; sonidos acompasados de bombos que no veo; una barra que contagia con sus consignas y cánticos de gloria; parejas, familias y grupos de amigos otean las graderías en busca de una buena ubicación. Son las siete y ya se respira la final de la Copa Chile. El Eterno Campeón la ganó por última vez en 1996; su rival, en 1984. La mesa está servida para el festejo de quien mi corazón ya percibe, adivina, intuye, anhela. Ver un partido en el estadio tiene magia, distinta a la cómoda del living de tu casa, aunque sea en HD. Por ello, un audífono con el relato de la ADN se une a tu vista aguda y forma parte del ritual. El sol ya se oculta luego del día más caluroso del año, mientras las luminarias comienzan a encenderse. Everton tiene la pelota, pero se limita a buscar a Ceratto, quien choca una y otra vez contra

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