Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de septiembre, 2014

“El hombre que sueña despierto”

Siempre soñó – y lo sigue haciendo – ser un popular intérprete ante el cual la masa se rindiera, gritara, enloqueciera y coreara sus canciones, en tanto la mujer amada estuviera oculta entre la muchedumbre y enjugara una lágrima furtiva mientras resuenan los acordes de los temas más hermosos. Sueña ser Emmanuel, por ejemplo, y entonar “Quiero dormir cansado/ para no pensar en ti/ quiero dormir profundamente/ y no despertar llorando/ con la pena de no verte” .  Sueña ser Enrique Iglesias   y cantar “Bailando”, acompañado de Gente d’ Zona y Descemer, a todo pulmón, “Yo te miro, se me corta la respiración./Cuanto tú me miras se me sube el corazón/ (Me palpita lento el corazón)/ Y en silencio tu mirada dice mil palabras/ La noche en la que te suplico que no salga el sol.”   Sigue soñando y ahora es Romeo Santos, interpretando “Loco/ Por besar tus labios/ Sin que quede nada por dentro de mí/ Diciéndotelo todo” .     Sueña con que es Juan Luis Guerra y canta “Cuando me e

Plebiscito

Significado y usos Actualizado el 22/7/2021 Extraída de Google: CIPER Chile El 18 de septiembre de 2014, o sea, mañana,   el pueblo escocés participará en un “referéndum” – referendo – para decidir si continúa formando parte del Reino Unido o se establece como país independiente. Cuando lea este artículo, probablemente, ya haya una decisión, sea afirmativa o negativa. Comúnmente en este sentido usamos tres conceptos de manera confusa, por lo cual cabe la precisión: Inglaterra (capital Londres) es una nación que ocupa junto a Gales (capital Cardiff; Medel juega en el Cardiff City, club de la ciudad) y Escocia (capital Edimburgo)   y reciben la denominación de Gran Bretaña (tres naciones); por otra parte,   junto a Irlanda del Norte (capital Belfast) conforman el Reino Unido (cuatro países). No ocurre lo mismo con la República de Irlanda (capital Dublín), que no pertenece a esta sociedad. Por lo anterior, Inglaterra, Gran Bretaña y Reino Unido son diferentes.  En cuanto al origen

“Cancha de tierra”

Siempre, en un asomo de presunción de “mocoso”, despreció a quienes se denominaban futbolistas y solo conocían las canchas encementadas de los colegios particulares. Para él, los astros surgían de las canchas de tierra de las poblaciones, así como las de su barrio, allá en los cerros viñamarinos. Sufrió los rigores de las patadas, muchas veces malintencionadas, de sus rivales, “pasa la pelota, pero vo’ no”, sus rodillas exhiben vistosas cicatrices de sus encuentros cara a cara con la pedregosa superficie, mal allanada por las palas de ellos mismos o por las lluvias inclementes de otrora.  Comenzó muy niño a pelotear con sus vecinos; veía, cuando la TV mostraba partidos, muy de tarde en tarde, pues todavía no era “pasión de multitudes” o no entraba en el negocio de los millones de dólares. Todos hablaban de Carlos Caszely, el “Pollo” Véliz y los astros de Colo Colo 73’. La “onda” no era dominar la pelota ni pasarla por cuanta parte del cuerpo se tiene, como ahora, s

“Me está mirando este h… ¿Me habrá ‘cachao’?”

“Me subí corriendo al bus que iba al Puerto. Recién le había pegao’ un tirón a una cabra pa’ quitarle una gargantilla de oro que llevaba;   caminaba con una vieja, quizá era su mamá, que se puso a gritar como loca -¡Agarren al ladrón! Vieja de m…; varios tipos se dieron vuelta y me miraron. Ojalá que nadie me agarre o me haga ‘trancadillas’, pensé, pues ya dos veces me ha pasado y me llegaron 'patás’ hasta en el hocico. Suerte que las dos veces llegaron los pacos y me salvaron.   Corrí como loco, como me acostumbré en el barrio cuando les robábamos a los viejos 'curaos’. Pasé 'rajao’ y le dejé una 'gamba' al chofer, me senté y traté de sacarme el polerón azul, pues me cacharían a la primera si se subían los ‘verdes’. No pude. Ya había robado antes, pero sentía lo mismo cada vez: tiritaba entero, ‘traspiraba’ como condenado y me sentía 'aguaitao’ por todos los giles. Saludé a mi amigo el chofer, quien cachó la movida; en realidad, los dos est

“La moto, un pasaporte a Dios sabe dónde”

Su pasión era una sola: las motos. Desde muy niño, no recuerda por qué,   soñaba con comprarse una. Se imaginaba a toda máquina, apretando el acelerador, mientras el pelo le bailaba en los ojos y sus oídos se deleitaban con el susurro del viento. Velocidad era lo único que anhelaba. Sabía que así sería el dueño de la carretera y, quién sabe, de la vida y la muerte.   Pasó el tiempo y mientras crecía, el sueño no lo abandonaba. Al contrario, apenas pudo, aun dejando los estudios, consiguió un trabajo de aprendiz en un taller y juntó peso a peso, en un ritual que duró varios años,   hasta que consiguió la suma que pedía un amigo por una moto.  Yamaha, Harley, KTM, Honda y otras populares marcas se hicieron parte de su lenguaje diario, así como ocurre con los modelos de autos para los “tuercas”. Respiraba motos, vivía motos, dormía motos, aunque ya tenía una, en una sed insaciable por este vehículo. Así creció, al son del rock latino, mientras hacía piruetas

Archivo

Mostrar más