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Mostrando entradas de enero, 2015

¿Puedo escribirla 'miel sobre ojuelas - hojuelas'?

Actualizado el 29/12/2020 Extraída de Google: Twitter Semántica Al pasar, veo el inefable ‘SQP’, que indaga en las vidas, pasiones, dolores, frustraciones y menudencias de todos, menos de ellos, y a propósito de un romance de RA (a quién le interesa la vida sentimental de la blonda ex de Eliseo Salazar), publican en el generador de caracteres (bandita horizontal inferior) “miel sobre ojuela”, refiriéndose a un supuesto romance, con lo que cometen un error también inefable. Hojuela es una pasta fina de harina y huevo que se fríe y a la que después se añade azúcar o miel, dependiendo del gusto o de los medios económicos. Es, a partir de la definición, similar a un panqueque. Pues bien, como habrán podido deducirlo, la expresión correcta es “miel sobre hojuelas” y apunta a que una situación, por ejemplo, va a pedir de boca, como avión, de viento en popa, en suma, excelente. Una relación, un trabajo, los estudios o la economía hogareña pueden estar como ‘miel sobre hojuelas’.

“La ‘ha’ que salvó a una Ministra”

Extraída de Google: biobiochile.cl                                Hace algunos días, el correo electrónico de la Ministra Ximena Rincón fue ‘hackeado’ por un delincuente. Posteriormente,   el fulano contactó a un incauto joven para que facilitara su cuenta RUT y utilizarla como receptora de los depósitos. Una vez preparado el escenario, envió correos a conocidos de la bella Ministra solicitando dinero. Varios cayeron, salvo uno que reparó en una curiosidad ortográfica, por lo que se comunicó con la autoridad, lo que originó la investigación y posterior caída del culpable. El mensaje incurría en un grave error ortográfico: escribir ‘ah’ en lugar de ‘ha’, lo que inquietó a Patricio Santa María, quien se comunicó con la Ministra y dieron aviso a la PDI. De lo anterior, se desprenden varias lecturas:    El correo electrónico es vulnerable (a quién no le ha pasado), por lo que debes enlazarlo con otro, para recuperar el control, si ha ocurrido. La clave de acceso de

“Caserita”

Ya en la feria, escucho cómo los vendedores se dirigen cariñosamente a su clientela, cual expertos en relaciones públicas,  sabedores de que el trato influye en el margen diario de ganancias.   Años atrás, era frecuente ver solo a mujeres, a veces con sus hijos que ayudaban en el transporte de pesados bolsos, caminando por los angostos pasillos de las ferias libres. Haciendo el quite a restos de zapallos, lechugas, duraznos y cuescos de aceitunas, miraban cómo los vendedores elegían sus productos y pasaban coladas algunas papas con ojos, ciruelas pasadas, paltas pasmadas y tomates machucados. No existía SERNAC y nadie iba a devolver o a pedir cambio. Y que no se te ocurriera reclamar, porque ‘te hacían la cruz’ y eras declarado persona non grata. Hoy no solo se advierte una mejora en la venta, pues el comprador puede tomar, dejar, mirar y remirar frutas y verduras, escoger esta y desechar la otra, llevándose lo mejor para su mesa, sino el trato es diferente: ya no

Pedro Lemebel

Actualizado el 3/1/2021 Extraída de Google: Pinterest Como pasa siempre que alguien desaparece (un hermoso eufemismo para graficar la muerte), muchos    se conduelen, rememoran aspectos de su vida, reales e imaginarios, lo elevan a la categoría de semidiós y borran de una plumada los incontables defectos que tenía, porque debe saberlo, estimado lector, somos una conjunción de virtudes y de las otras, y no seríamos tan atractivos si solo tuviéramos las primeras. No hay ninguna gracia, en todo caso, amar lo perfecto, así que bienvenidos   los defectos.   Es el beneficio de la muerte, dicen, y no filosofaré acerca de ello, pues espero que en la mía todos hablen bien de mí, aunque no los escucharé. Mis amigos pensarán ¿Este es el que conocí?; los desconocidos, aquellos que fueron al sepelio por compromiso, pensarán que se perdieron de haber frecuentado a un tipo extraordinario.  Como dije, no haré digresiones, pues el tema es uno,   un escritor que falleció: Pedro Lemebel.  

La alcancía de las malas palabras

Una idea ingeniosa y útil Alcancía de las malas palabras. Extraída de Google: Pinterest No será una idea original, pero no importa, pues igual es útil: como los chilenos somos amantes de los garabatos, y así como escribimos, hablamos, o así como hablamos, escribimos, y para modificar conductas se requiere educar a los niños, sugiero crear “La alcancía de las malas palabras”. Basta comprar una alcancía, sea chanchito de greda, plástico o metal, pegarle un cartel que señale su objetivo, y aleccionar a los niños de la casa que por cada garabato que se diga se deberá colocar una moneda de $ 100 a beneficio de los menores de la familia. La instrucción será abrirla cuando se llene y el dinero recaudado repartirlo en partes iguales entre los más chicos de la familia. Bastará llegar a una casa, ver si hay alguna alcancía llena o desocupada para saber si en ese hogar los exabruptos campean como ‘Pedro por su casa’ o están siendo arrinconados al lugar más sombrío. Solo como dato, ya est

“Un viaje en microbús”

El chasquido de la lata de cerveza al ser abierta interrumpió abruptamente el silencio que reinaba en la parte trasera del microbús. Volteé disimuladamente la cabeza y vi al autor del sonido: un señor, ya maduro, arrimado a la ventana del último asiento, ese colectivo, sin separaciones, miraba hacia afuera eludiendo el sol que golpeaba fuerte. Vestía una camisa cuadrillé, algo raída y arrugada, cuyos faldones deshilachados descansaban en sus pantalones a media canilla. Calzaba unas chalas de cuero que dejaban ver sus esmirriados tobillos y unos pies alargados. Se movía inquieto, dejaba sobre su regazo una bolsa que cada tanto bajaba al piso y volvía a subir. Escuchaba música, supongo, pues a su lado tenía un celular con audífonos que reposaba al lado de una gran bolsa con maní. Cada tanto, tomaba el aparato, lo miraba, manipulaba y volvía a dejar. Bebía con sorbos largos, en tanto echaba grandes puñados de maní a su boca. Mascaba ruidosamente, sorbiendo con regularidad alguna ca

TV chilena versus TV por cable

La TV, opciones en Chile Las opciones a la TV abierta. Extraída de Google. Futuro 360 No hay duda de que la TV nacional, salvo honrosas excepciones, es para el olvido. A los escasos programas que aportan cultura y diversión, en medio de teleseries que martillean el repetido conflicto amoroso de una pareja que se contenta con mirarse con ‘cara de cordero degollado’ (perdón por la imagen brusca, pero recuerdo a Sherezade y Onur o a Fatmagül y su galán, y es inevitable la comparación), que cae en una y otra incidencia inverosímil y cuya tensión se mantiene artificialmente con episodios fuera de toda lógica (solo se salvan algunas), a conductores bulliciosos y programas mayoritariamente farandulescos, a ‘realitys’ cuyos protagonistas se transforman en líderes de opinión, ídolos y modelos de cuanto joven despistado anda circulando por ahí en busca de su identidad,  la TV por cable se posiciona con seguridad y brinda alternativas generadoras de verdadero esparcimiento. Ya no es patrimon

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